sábado

12 de agosto de 2023: Neuschwanstein

Hoy hemos reservado con Civitatis una excursión desde Munich: Neuschwanstein, Oberammergau y Palacio de Linderhof (68€ por persona). Había estado haciendo gestiones para ir por nuestra cuenta desde Munich, pero si lo hacíamos en transporte público, necesitábamos un amplio horario para poder hacer los trasbordos e incluso hubiésemos tenido que pasar una noche en alguna localidad de la zona (y los precios de los alojamientos no son baratos por allí); evidentemente, la opción de alquilar un coche también la hemos descartado, por eso de conducir en un lugar que desconocemos. Así, nos pareció que la excursión organizada era la mejor opción.

En el precio de la excursión se incluye la entrada al Castillo Luis II de Baviera y al Palacio de Linderhof. Salimos muy temprano desde Munich, muy cerquita de donde teníamos el hotel. La verdad es que el viaje se hizo ameno y pasamos un día estupendo, con un sol abierto. Conseguimos hacer muchas fotos bonitas y por eso he decidido abrir en el blog tres entradas diferentes para el mismo día.

Cuando terminamos de vuelta en Munich, estuvimos tomando cervezas en el biergarten del Viktualienmarkt.

Castillo Luis II de Baviera (Neuschwanstein)

El guía de la excursión nos citó en Karlsplatz a las 8:30 de la mañana. Desde el hotel entramos en la Estación Central para comprar café y bocadillos, y nos fuimos andando hasta el lugar de encuentro con el grupo. Una vez que llegamos todos los que habíamos reservado, el guía nos llevó hasta donde estaba aparcado el autobús y ya sentados nos explicó cómo sería el desarrollo de la jornada. El recorrido inicial del autobús fue de aproximadamente dos horas, hasta los aparcamientos de la localidad de Hohenschwangau, al lado de Alpsee, un lago precioso que utilizan en verano para el baño los habitantes de esta zona, y a los pies de Schloss Hohenschwangau, otro castillo del rey Luis II, utilizado como residencia de verano por su familia y que fue el que le llevó a conocer estos paisajes extraordinarios y a construir, algo más retirado, su famosísimo Neuschwanstein.

Cuando el guía nos dejó en el aparcamiento de Hohenschwangau, nos indicó cómo subir en transporte público hasta el castillo, dónde debíamos bajar para obtener las vistas desde el puente de hierro y cómo debíamos continuar hasta la entrada al castillo. Hay que tener en cuenta que dentro del castillo no se pueden hacer vídeos ni fotografías. El autobús para subir hasta donde está el puente de hierro nos costó 3€ por cabeza. Optamos por bajar luego a pie, una vez finalizada la visita.

El "Nuevo Castillo de Hohenschwangau", llamado después "Neuschwanstein", fue la reconstrucción de un castillo medieval con las técnicas, comodidades y materiales modernos de finales del siglo XIX, ideado por Luis II de Baviera, al que le dedicó los últimos años de su vida, hasta el punto de ser una obsesión. Está emplazado algo más arriba que el viejo castillo de su padre en Hohenschwangau, de ahí que conociera esta zona y eligiera el emplazamiento idóneo. Luis II fue un rey solitario, dedicado a las artes, especialmente la música y la arquitectura, al parecer poco interesado por las labores propias de su cargo y con bastantes secretos en su vida personal como para desear un lugar de ensueño en un sitio retirado, adonde no podría entrar forastero alguno. Su patrimonio personal lo gastó en la edificación de este castillo y según nos contaron en la guía que llevábamos contratada, las condiciones laborales de los trabajadores del castillo eran mucho mejores y más seguras de lo habitual en aquellos años. Los que conspiraron contra su figura real, consiguieron que quedara acreditada su locura y lo recluyeron en una especie de hospital, donde fallece junto a su médico en extrañas circunstancias. Por ello, nunca llegó a residir en el castillo, aunque sí pasó algunas temporadas durante su construcción. Creo recordar que nos dijeron que fue su tío quien heredó la corona y quien decide terminar la construcción, eliminando algunas de las ensoñaciones de Luis II y abriéndolo al público como museo con una entrada, para recuperar lo invertido. Es curioso cómo un edificio ideado para aislarse de los forasteros se ha convertido en el lugar más visitado de Alemania.


Schloss Hohenschwangau, el viejo castillo amarillo del padre de Luis II, visto desde los aparcamientos donde nos dejó el autobús.


Éste es el puente de hierro donde los turistas vamos poco a poco entrando y saliendo. Desde aquí se consiguen las mejores vistas del Castillo del Rey Loco, Luis II de Baviera.

Estamos en el inicio de los Alpes bávaros.








Desde el puente empezamos a andar siguiendo la carretera hasta la entrada al Castillo.

Dentro de Neuschwanstein no se pueden hacer fotografías. Desde esta terraza del Castillo hemos hecho diferentes fotografías; en ésta, se puede ver al fondo el puente de hierro, desde donde hicimos las fotos anteriores del Castillo.


Esta preciosa fotografía también está hecha desde la terraza del Castillo y se puede apreciar la distancia que hay hasta el pueblo de Hohenschwangau, con el lago y el viejo castillo.