jueves

18 de julio de 2024: Riga

Esta mañana nos hemos levantado temprano en el apartamento de Estocolmo, con tiempo para coger de nuevo el tren Arlanda Express para ir al aeropuerto. Teníamos vuelo para Riga. Hemos llegado a la capital letona sobre las 11:45 y justo en la salida de la terminal está el autobús que lleva al centro de Riga, concretamente a la parada 11 Novembra Krastmala, desde donde pudimos ir andando al apartamento que teníamos reservado en Zirgu iela.

Después de acomodarnos en el apartamento y de comer los bocatas que llevábamos preparados desde Estocolmo, buscamos una heladería que estuviera cerquita y vimos que además teníamos el Parque Bastejkalna justo al lado. Nos compramos el helado en Molberts Saldëjums, una heladería artesanal, y fuimos al parque a tomarlo. Recorrimos esta zona del parque, donde se encuentra el Love Bridge, un puente lleno de candados.

Seguimos dando un paseo hacia el Mercado Central de Riga, pasando por la Ópera Nacional de Letonia. En el mercado nos entretuvimos viendo los espectaculares expositores de cerezas y de ahumados y salazones de pescados. Y desde aquí seguimos la orilla del río Daugava hasta el mirador denominado Daugava Stairs, donde mismamente estaba la parada del autobús en la que bajamos viniendo del aeropuerto. En este mirador hay una bonitas vistas del río, del Dzelzcela Tilts (Railway Bridge) y de la Biblioteca Nacional de Letonia. Nuestra idea era subir a la última planta de la Biblioteca, desde donde se ofrece una preciosa panorámica de Riga; está tan alto que puedes ver los bosques que hay rodeando la ciudad. La entrada a la Biblioteca es gratuita, sólo tuvimos que identificarnos y dejar en consigna las mochilas.

Al salir, nos hicimos fotos junto a la escultura de Divi Raini y volvimos a cruzar el río en dirección al centro. Había ese día una exhibición de coches de carreras en la zona centro, con muchos carteles publicitarios y unas gradas para el público, por lo que no salían bonitas las fotos de la Plaza del Ayuntamiento. Nos fuimos por algunas calles laterales hacia la Iglesia de San Pedro y desde ahí paseamos por las diferentes plazas, que tenían un buen ambiente, con bastante gente ya tomando cervezas en las terrazas, serían las ocho de la tarde, más o menos.

Sentados en una de las terrazas, nos pusimos a buscar en Google algún sitio para cenar, y encontré un restaurante belga. Pensando en seguir con las cervezas, allá que nos fuimos, y nos encontramos con que el restaurante, llamado KwakInn estaba de aniversario. Tenían una orquesta cantando en directo y después el dueño del restaurante sopló las velas, partieron la tarta y nos invitaron a todos a un buen trozo de pastel. No nos esperábamos encontrarnos con algo así; al final se convirtió en una noche divertida que no olvidaremos en mucho tiempo.

Parque Bastejkalna



Love Bridge


Mercado Central de Riga

Las vistas desde Daugava Stairs: el río Daugava, a la izquierda el Railway Bridge y a la derecha la Biblioteca Nacional de Letonia.

Desde el mirador de la última planta de la Biblioteca Nacional de Letonia






Hall de entrada de la Biblioteca

Delante de la Biblioteca se encuentra un parque a orillas del río. Aquí está la escultura en perspectiva de Divi Raini, un poeta y político defensor de la identidad letona.

Las dos esculturas de Raini son exactamente iguales, pero una de tres metros y la otra, más pequeña, de un metro, de manera que la perspectiva es muy curiosa. Representa cómo la educación es la fuente del crecimiento personal. Entre una escultura y otra hay un largo espacio en ese banco, pero en un ligero ascenso, así que quiere hacernos ver que el esfuerzo que supone ese crecimiento personal. Nosotros nos sentamos más o menos en medio, para tomar esta simpática fotografía.


Iglesia de San Pedro

Una cervecería al aire libre en la confluencia de las calles Kalku iela y Tirgonu iela, con música en directo: muy buen ambiente y una temperatura extraordinaria.



Restaurante belga KwakInn

Una tarta de cumpleaños con la bandera belga

domingo

27 de agosto de 2023: Nacimiento del río San Juan y Alcalá la Real

Esta mañana amanecemos en la casa rural que hemos alquilado en la Venta de los Agramaderos, a unos 12 kms de Alcalá la Real. Después de haber pasado una tarde-noche tranquila de piscina, barbacoa y cartas, nos hemos levantado temprano para irnos a comprar churros a Alcalá, recoger todas las cosas y despedirnos de la dueña.
Lo primero ha sido visitar el nacimiento del río San Juan, en Castillo de Locubín, un entorno natural adaptado con merenderos, una sombra fresca y muy buen ambiente familiar. Aquí hemos disfrutado viendo a nuestra perrita nadando y correteando, cogiendo los palos que le lanzábamos al agua. También hemos venido aquí porque a los pies del nacimiento se inicia una vía ferrata para escalada.
Mientras esperábamos al escalador, hemos comido en el Bar Nacimiento Río (me he pedido un bocadillo de tortilla francesa con rodajas de tomate, delicioso!!).
El nacimiento del río San Juan está a unos 15 kms de Alcalá. Después de reposar la comida con un café, hemos subido a la Fortaleza de la Mota: ya conocíamos este monumento medieval, de otra ocasión en que pasamos unas Navidades por esta zona. Pero mis hijos eran pequeños entonces y no lo recordaban, así que ellos sí entraron a ver el castillo y la iglesia, y nosotros les esperamos con la perra en los jardines del entorno de la colina donde se erige la fortaleza.




Vía ferrata





Fortaleza de la Mota

En un mirador de la Fortaleza, junto a los aparcamientos, hay un panel con la leyenda de la mora Cava, que transcribo aquí:

Cava y Diego
Cuentan que allá por el año 1341, cuando las tropas castellanas asediaban Alcalá de Ben Zayde, aconteció una legendaria historia, de la que fueron protagonistas una bella joven y un apuesto capitán.
Ella acudía -aprovechando la oscuridad de la noche- a una fuente, para llenar su cántara del agua clara de un escondido manantial y paliar así la sed del hogar familiar y especialmente la de su padre enfermo. La Mota estaba totalmente cercada y los aljibes de la ciudadela se estaban agotando y contaminando.
Cada noche, Cava se exponía al peligro y a una situación desconocida e imprevisible. Y tuvo que ocurrir. Era el sino. Fue descubierta por el capitán. Tras un forcejeo y un intento de fuga, no tuvo más remedio que contar a Diego su penosa situación. Con la nobleza y comprensión propias de un preclaro soldado, que sabe distinguir unas situaciones de otras, el caballero permitió a la dama abastecerse de la fontana, no sólo en aquella ocasión, sino en noches sucesivas.
No tardó Eros en disparar sus dardos. El amor nació y se acrecentó entre ellos, a pesar de sus diferencias culturales y religiosas.
La salida del hogar al anochecer era cada día más difícil; puede afirmarse que una auténtica aventura. La cotidianidad hizo desconfiar al padre, que ya se encontraba casi restablecido. A la sospecha se unieron las malas lenguas de algunas vecinas.
Un día, Zaire siguió a su hija y descubrió el secreto del frondoso soto, escenario del entrañable idilio. Vociferando y maldiciendo se acercó a la hermosa joven. Indignado por su actitud, intolerante ante aquel pulcro enamoramiento, y ofuscado por lo que consideraba traición, apuñaló certeramente a Cava. Espantado y confuso, nuestro capitán reaccionó con rapidez desenvainando la espada y acabando con la vida del que le había traído la desdicha.
Trágico final para una historia de amor, que la tradición y la erudición local se encargaron de traer a nuestros días. La intolerancia nunca es compatible con la libertad y el respeto, propios de la gente de la frontera.