sábado
viernes
lunes
20 de agosto de 2018: Lübeck y Berlín
Lübeck
Anoche llegamos en tren a Lübeck. Hemos dormido en el Albergue Juvenil "Altstadt", y tras el desayuno nos echamos a la calle a zapatear esta preciosa localidad del norte de Alemania.El diablillo bonachón de la Iglesia de Santa María - Cuenta la leyenda que el diablo pagó las obras de construcción de la iglesia porque fue engañado: pensaba que estaba construyendo una cantina 🍻 |
Tras pasar por el Ayuntamiento y unas calles comerciales del centro, donde aún no había despertado demasiado la vida de la ciudad, nos fuimos a la Iglesia de St. Petri.
Iglesia de St. Petri. Desde la torre, hicimos fotos preciosas. |
Puerta de Holsten |
Ayuntamiento y Marktplatz |
Los viejos almacenes de sal, a orillas del río Trave, con la puerta de Holsten a la derecha. |
Callejeo por la parte vieja de Lübeck |
Un café debajo del paraguas, para no mojarnos ☔ |
Interior de la Iglesia de St. Aegidien. Al fondo, en el altar, la fantástica pila bautismal. |
Pila bautismal |
Coro de St. Aegidien |
Catedral de Lübeck |
El exterior de la Catedral es de ladrillo rojo, y sorprende el blanco y la luz del interior. El púlpito también tiene esa decoración blanca, típico de las iglesias luteranas. |
El coro alto y el reloj |
Pila bautismal |
Los viejos almacenes de sal |
A los pies de la Puerta de Holsten nos despedimos de Lübeck. Ya sólo queda comprar unos mazapanes antes de coger el tren con destino Berlín. 🚆 |
Berlín
Llegamos a Berlín a las siete de la tarde, pero aún tuvimos que coger otro tren para llegar a Alexanderplatz; cerca de esta inmensa plaza, con múltiples conexiones, teníamos reserva en el Hotel Ibis Berlín Mitte. Íbamos con prisa, porque a las ocho y media entrábamos al Parlamento (Bundestag). Habíamos reservado la subida a la cúpula a esta hora, para ver el cambio de luz y conocer la ciudad con luz de día y con la iluminación nocturna.Tras instalarnos en la habitación, ya teníamos el tiempo muy justo. En la recepción del hotel nos indicaron que lo más sencillo y más rápido era que cogiésemos el autobús nº 100 en Alexanderplatz, que nos llevaba por todo el centro, pero que era ágil y nos dejaría en una parada muy cerca del Parlamento. Pensábamos que sería un milagro llegar a tiempo, imaginando que cruzar todo el centro de la ciudad en un autobús público sería tremendo. Decidimos no obstante ir andando hasta la parada, y si no nos acompañaba la suerte, cogeríamos un taxi. Justo al llegar a la parada, estaba el bus, dispuesto a salir. Efectivamente, circulaba con total fluidez, y antes de la hora prevista, estábamos en el escaner del Parlamento para que la Polizei comprobara nuestra documentación.
Terraza del Bundestag |
En la rampa del interior de la cúpula |
Reflejados |
De vuelta al hotel, disfrutamos en un ambiente "muy alemán". En el Hofbräu Berlin, cerquita de Alexanderplatz. |
Suscribirse a:
Entradas (Atom)